La estimación de la tasa de circularidad del país de acuerdo con el marco de Indicadores de Transición Circular propuesto por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, señala en una primera aproximación, un 15.14 %, esto es, 5.51 puntos por encima del valor actual de residuos sólidos urbanos reciclados de 9.63 por ciento.
Es alentador ver que México ha tomado medidas significativas para mejorar el manejo de residuos y que estas medidas han tenido resultados positivos. Sin embargo, hay muchos desafíos por enfrentar. Por ejemplo, a pesar de la reducción en la cantidad de desechos captados para rellenos sanitarios, aún se reciben grandes cantidades, lo que sugiere que hay espacio para mejorar aún más en la promoción del reciclaje y otras prácticas sostenibles.
Además, la necesidad en la construcción de infraestructura para el tratamiento de desechos orgánicos es esencial, especialmente en áreas rurales. También es importante continuar fortaleciendo la educación ambiental y los incentivos para el sector empresarial que promuevan prácticas más sostenibles. En general, es importante seguir trabajando en la mejora de todos los procesos de la gestión de residuos no sólo por su impacto en el medio ambiente, sino también por las consecuencias en la salud pública y en la economía del país.
¿Qué tan circular es México?
Desde la óptica de la economía circular, transformar los procesos de esta gestión es una oportunidad para la creación de valor y la generación de empleo. Esto se logrará mediante el énfasis en el diseño de productos más resistentes, la reutilización y el reciclaje de materiales, y la recuperación de energía a partir de los desechos orgánicos, con una visión sostenible que conlleve la utilización responsable de los recursos naturales y la minimización de la huella de carbono.
En el futuro, se vislumbra una mayor adopción de tecnologías innovadoras en la gestión de residuos, entre las que se cuentan la inteligencia artificial y la robótica para la clasificación de desechos, y la biotecnología para el tratamiento de materiales orgánicos.
Es importante apuntar que México ha implementado diversas medidas para atender este enorme reto, entre las que destaca el Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (PNPGIR). En la actualidad, a nivel nacional se encuentran registradas 4 528 empresas recicladoras, 284 que reutilizan, 121 que recuperan y 71 que reducen y reparan (INEGI, 2022).
La educación ambiental también se ha fortalecido mediante campañas y programas que promueven la cultura del reciclaje y el manejo adecuado de los desechos. Asimismo este programa ha establecido incentivos fiscales para que más de 2,500 empresas adopten prácticas sostenibles. Otro aspecto importante que ha fortalecido la circularidad en México, es La Ley General de Economía Circular (LGEC) que desde su entrada en vigor en diciembre de 2020, ha generado un gran interés y compromiso por parte de las autoridades y la sociedad mexicana en la implementación de prácticas de economía circular, lo que se refleja en los avances y programas que se han puesto en marcha en el país.
Los principales objetivos de esta ley son promover la eficiencia en el uso de productos, servicios, materiales, materias primas secundarias, subproductos a través de la reutilización, el reciclaje y el rediseño.
Entre los avances derivados de la LGEC destacan la elaboración del Plan Nacional de Economía Circular por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), cuyo objetivo es establecer una hoja de ruta para la implementación de la LGEC, y el lanzamiento del Programa de Impulso a la Economía Circular por la Secretaría de Economía (SE), que busca apoyar a empresas y emprendedores en la implementación de prácticas de economía circular mediante financiamiento y asesoría técnica.
Asimismo, la LGEC contempla la creación del Instituto Nacional de Economía Circular, cuya función será coordinar y promover la implementación de la ley en el país. Aunque aún no se ha concretado su creación, se espera que se lleve a cabo en un futuro cercano. Además, algunas entidades federativas y municipios en México han iniciado la implementación de prácticas de economía circular en diversos sectores, lo que contribuye a la implementación efectiva de la LGEC en el país.
Con estas acciones, se puede destacar que estos avances indican un interés y un compromiso por parte de las autoridades y la sociedad mexicana para avanzar hacia un modelo más sostenible y responsable con el medio ambiente
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